Por Iván Reyna Ramos
Dicen que el sabio Antonio Raimondi se encontraba hospedado en la hacienda Santa María, y al amanecer, observó que las plantas espejeaban por las escarchas de la noche anterior, entonces lo bautizó con el nombre de “La Bella Perla de los Andes”. Y no le faltó razón, esta tierra posee un espléndido clima, un límpido cielo azul, exuberante vegetación y sublimes paisajes. Tarma, en realidad, es un cuadro de pinceles y acuarelas.
Nosotros, luego de amanecer en el Hotel Los Portales también encontramos muchas flores y muchas perlas en el camino. Junto con Karla Robinson de Los Portales y Annie Hidalgo, una brillante guía de turismo, recorrimos las asombrosas redes de andenes que –después de más de 500 años– siguen funcionando en los predios de Huanuquillo, Vitoc, Cinta Verde, Carhuacatac, Ingenio, Huanchán, Rómate y en la zona arqueológica de Tarmatambo.
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Perlas y flores de Tarma
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