Recordada por varios inolvidables personajes que interpretó en su niñez, la actriz Lindsay Lohan, a los 21 años ya conocía lo que era tener una verdadera adicción al alcohol y las drogas, tenebroso mundo en el que se introdujo de la mano de influencias tan nocivas como Paris Hilton o Britney Spears.
La antes rozagante Lindsay ha ingresado varias veces a distintas instituciones de rehabilitación buscando encontrar un verdadero sentido a su azarosa vida. Sin embargo, el tiempo que pasó en las clínicas le valieron de muy poco para enmendar errores.
La vida viciosa y despreocupada que lleva le ha hecho perder la millonaria fortuna que poseía y hasta ha sido inquilina de una cárcel por los deslices cometidos bajo los efectos del alcohol y por posesión de estupefacientes, basta recordar cuando estrelló su Mercedes contra un bordillo en Beverly Hills.
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